Llegar a casa después de un día largo de trabajo y tener la oportunidad de preparar nuestra propia sesión wellness es todo un lujo. ¿A quién no le gustaría? Especialmente en épocas en las que los niveles de estrés se disparan, es fundamental saber relajarse para evitar posibles problemas de salud.

Hacer ejercicio o seguir técnicas de relajación pueden ser una de las claves para liberar esos nervios y sentirnos más tranquilos. Pero, sin lugar a dudas, ¡una sesión de sauna en nuestra propia casa todo lo cura! Relaja, reduce el estrés, calma todos los dolores musculares… En definitiva, es una forma ideal de cuidarnos y mimar nuestra salud.

Así ayuda la sauna a reducir el estrés

A lo largo del día, nuestro cuerpo se encuentra en constante movimiento y, en ocasiones, genera tensión. El trabajo, los inconvenientes que puedan surgir, las preocupaciones y las responsabilidades pueden llevar a alcanzar niveles altos de estrés.

La sauna es el complemento perfecto para incorporar en nuestra rutina diaria y sentirnos más calmados. Además de limpiar la dermis y de eliminar toxinas, una de las cualidades más destacables de la sauna es su gran poder relajante. ¿Sabías que un estudio mostró que su uso supone una gran reducción en la aparición de hipertensión arterial?

Se trata de un espacio cálido, silencioso y sin ningún tipo de distracción del exterior. Gracias a sus altas temperaturas, los músculos consiguen relajarse y el cuerpo libera endorfinas, lo que suponen un efecto relax, anti insomnio y de lo más agradable.

Además, la temperatura corporal también se eleva, provocando que los vasos sanguíneos se dilaten y que la circulación aumente de forma considerable. Esto a su vez acelera el proceso de alivio natural del cuerpo.

Consejos para crear el ambiente perfecto

Antes de comenzar la sesión de sauna en casa, es fundamental sentirnos a gusto con el entorno, así como con la iluminación o los aromas. El objetivo es que ese ratito sea único, acogedor y tranquilizante, por lo que conviene prepararlo todo para sacar el máximo provecho de nuestra sesión.

Una iluminación que te haga sentir cómodo

La iluminación es uno de los factores influyentes en nuestro estado de relajación. Si deseas un entorno de luminosidad, utilizar alguna lámpara de techo para iluminar la zona o, incluso la lenta rotación de las luces LED, también te ayudará a generar una profunda sensación de calma.

La postura perfecta

¿Te apetece disfrutar de tu sauna sentado o tumbado? Incluir un respaldo horizontal o inclinado es una perfecta opción si quieres estar sentado. Si, de lo contrario, prefieres tumbarte, asegúrate de que el banco de tu sauna sea lo suficientemente ancho como para que tu cuerpo encaje sin dificultad. También te recomendamos añadir un reposacabezas portátil para el soporte de la cabeza.

Toques personales

Añade pequeños detalles y complementos totalmente a tu gusto. Por ejemplo, los termómetros de pared de madera ayudan a determinar la humedad y el calor de la sauna, por lo que podrás saber en todo momento la temperatura a la que te encuentras y regularla siempre que quieras. Los relojes de arena te ayudarán a llevar un control del tiempo que llevas dentro.

¿Y lo imprescindible para los que les gusta añadir humedad? Un cubo lleno de agua y un cazo con el que ir añadiéndola a las rocas de la sauna.

Presta atención a tus sentidos

La música y el aroma juegan un papel fundamental en el ambiente, haciendo que este se vuelva aún más agradable. Puedes instalar unos altavoces interiores en las paredes o reproducir tu lista favorita desde tu teléfono móvil.

Como toque final, prueba a diluir en agua un aceite aromático de eucalipto, lavanda o pino. ¡Alucinarás!

¿Preparado para tu momento wellness?

Ahora que ya has equipado tu sauna y has creado el entorno ideal, es hora de que te contemos algunos consejos que debes saber antes de proceder al momento relax.

  • Bebe mucha agua antes de entrar y al salir para no deshidratarte.
  • Date una ducha templada justo antes de entrar para abrir tus poros.
  • Una vez dentro, prueba a masajearte el cuerpo con movimientos firmes para estimular la función linfática.
  • Hidrata bien tu piel al finalizar con algún aceite o bálsamo reparador.

Ya estás preparado para tomarte el tiempo que necesitas para ti. Tener una sauna en casa es una incuestionable fuente de salud y bienestar, además de ser un aspecto realmente atractivo que da valor a la vivienda.

¿Qué te ha parecido? ¡No esperes más y date un homenaje cuando más te apetezca!

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